Revestimiento interior de furgoneta camper: materiales, pasos y consejos

Empezamos con una de las partes más entretenidas (y laboriosas) de nuestra camperización: colocar el panelado y el friso. Este paso consiste en cubrir las paredes interiores de la furgoneta para proteger el aislamiento, mejorar el acabado y poder fijar muebles.

Si estás en pleno proceso, ya habrás notado que esto va más allá de poner cuatro tablas bonitas: hay que medir con precisión, elegir materiales que aguanten el trote del día a día y tener claro cómo encajar cada pieza sin perder la cabeza en el intento.


🔍 Tipos de panelado para furgonetas camper

Antes de empezar, vale la pena conocer las diferentes opciones de panelado o revestimiento interior para furgonetas camper. No hay una única forma correcta: todo depende del presupuesto, del peso que quieras cargar, de tu nivel de bricolaje y del acabado que te guste. Estas son algunas de las más comunes:

Contrachapado (okume o chopo)

Muy usado por su ligereza, flexibilidad y facilidad de corte. Ideal para zonas curvas o que van cubiertas.

MDF o DM

Es barato y fácil de trabajar, pero pesa bastante y no tolera bien la humedad. Se usa sobre todo en muebles interiores.

Friso de PVC

Ligeros, resistentes al agua y fáciles de limpiar, aunque estéticamente pueden parecer más fríos.

Friso de madera

Le da un toque cálido y natural. Hay frisos de abeto, pino, cedro, etc. Algunos vienen machihembrados, lo que facilita mucho el montaje.

Revestimientos textiles o moqueta técnica

Se adhieren con pegamento. Son muy usados en techos o partes curvas, y ayudan con el aislamiento acústico.

🙈 La parte que no se ve: contrachapado

Empezamos por las zonas que quedarán ocultas detrás de la cama, la cocina o los muebles. Ahí usamos contrachapado de 3 mm, que es ligero, flexible y se adapta bien a las curvas de la furgo que no pudimos sortear con los rastreles.

Para la pared de la cocina, que va a sufrir un poco más con salpicaduras, peso de estanterías y demás, pusimos contrachapado de 5 mm. Un poquito más grueso, más resistente.

Antes de fijar nada, marcamos y abrimos los agujeros para enchufes, tomas USB, interruptores y tubos corrugados que van hacia la cocina y los baúles. Para esto usamos una corona de taladro y la caladora.

👉 Un consejo: Piensa bien tu distribución antes de agujerear, para no tener que hacerlo dos veces.

Si no sabes dónde fijar las paredes, la clave está en los rastreles. Aquí te contamos cómo colocarlos.

Si haces un buen rastrelado desde el inicio, el resto del proceso va como la seda. Los rastreles no solo ayudan a fijar el panelado y el friso, también permiten pasar cables por detrás.

Una vez todo atornillado, masillamos los agujeros, lijamos un poco y aplicamos pintura para dejarlo más pulido.

👀 La parte que sí se ve: friso

Para las zonas visibles de la furgoneta optamos por friso machihembrado de abeto, y la verdad es que nos gustó bastante el resultado. Tiene ese toque cálido que buscábamos y aporta una estética nórdica que le da mucha personalidad al interior. Eso sí, seguramente es un poco más pesado que otros materiales más ligeros, pero para nosotros valía la pena. 

🧼 Preparación de las láminas

Cada lámina de madera la lijamos, limpiamos bien y barnizamos con lasur en ambas caras. Este tratamiento no solo ayuda a proteger la madera de la humedad y del paso del tiempo, sino que, a diferencia de otros barnices más sellantes, permite que la madera respire. De esta forma, previene la acumulación de humedad en las fibras y reduce el riesgo de hongos o descomposición.

🧩 Instalación del friso

Las láminas machihembradas se instalan fácilmente encajándolas una con otra, gracias a su sistema que permite una unión perfecta entre ellas. Para asegurarlas, usamos grapas especiales para friso, que son ideales porque se fijan de forma firme sin dañar la madera. En algunos casos, también recurrimos a tornillos pequeños clavados a los rastreles, para darle un extra de seguridad y estabilidad, especialmente en las zonas que podrían recibir más impactos o tensión.

Y como siempre decimos: medir dos veces, cortar una. En serio. Puede sonar como algo obvio, pero cuando llevas 8 horas cortando madera y sudando dentro de la furgoneta, es fácil caer en el error de no hacer las mediciones con la suficiente precisión. Esta pequeña recomendación nos ha salvado de cometer varios errores innecesarios, sobre todo cuando las medidas son justas.

🎨 Acabados finales

Una vez todo el friso montado, lijamos otra vez para quitar cualquier astilla o imperfección, y aplicamos una segunda capa de lasur para rematar.

Quedó con un tono natural precioso, y lo mejor: resistente, limpio y con personalidad.


👉 Algún consejo:

  • Planifica bien los agujeros antes de cortar nada.

  • No escatimes en rastreles, son clave para que todo quede firme.

  • El friso es precioso pero delicado, ¡trátalo con cariño!

  • Si tienes que elegir entre peso o estética, valora bien dónde puedes recortar.

Este paso fue uno de los más creativos y satisfactorios de toda la camperización. De repente, ves cómo tu furgo empieza a parecer un hogar. El friso y el panelado le dan ese toque de calidez que marca la diferencia. Y sí, cometimos errores, tuvimos que repetir cortes, lijamos más de la cuenta… pero aprendimos un montón.

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