Cómo hicimos nuestro toldo camper por menos de 100€

Hay inventos camper que nacen de la pura necesidad… y de no querer gastar un dineral. Este es uno de ellos. En este articulo te contamos cómo nos montamos nuestro propio toldo: casero, barato y funcional. No somos ingenieros ni tenemos un súper taller, pero con algo de maña, herramientas básicas y muchas ganas, dimos con una solución que encaja perfecto con nuestro estilo de viajar.


☀️ ¿Por qué un toldo?

Nos encanta estar al aire libre. Comer fuera, trabajar bajo la sombra o simplemente descansar después de un día de ruta. Pero claro, entre el sol abrasador, alguna que otra lluvia sorpresa y la necesidad de un poco de intimidad, sabíamos que un toldo era imprescindible. Y más aún viajando fuera de España, donde la normativa no es tan estricta y puedes sacar el toldo sin miedo a que venga alguien a decirte algo.

🧠 La idea inicial: del boceto mental al juego de ángulos

Cuando comenzamos a pensar en el toldo para la furgoneta, teníamos claro que queríamos algo práctico y funcional, pero sin gastarnos una fortuna. Miramos algunas opciones comerciales, pero casi todas nos parecían exageradamente caras, así que, para variar, decidimos construir uno a nuestra manera. Tras investigar algunos diseños, nos dimos cuenta de que podíamos hacer algo similar con materiales fáciles de conseguir y a un precio mucho más bajo.

1. La estructura 🔩

Decidimos utilizar dos alargadores extensibles de aluminio, de esos que se usan para pintar, como los brazos del toldo. Estos se conectan a una base de ángulo de aluminio que fijamos con remaches. Luego, añadimos otro perfil horizontal, y de ahí salieron los otros dos alargadores que funcionan como las patas del toldo. Todo el sistema se puede ajustar en altura y en terreno gracias a unos topes roscados que pusimos en las patas, lo que nos permite adaptarlo a diferentes situaciones.

Los dos travesaños horizontales se anclan al perfil donde van sujetas las patas mediante unas uniones que sacamos de unos mangos de rodillos de pintura. Eran ideales porque encajaban a la perfección, sin holguras, y nos evitaron tener que fabricar piezas a medida.

2.  La cubierta ⛺

Para la tela, cogimos una lona impermeable que cortamos a medida (3×2 metros) y la fijamos a los perfiles de aluminio con remaches y arandelas. Además, añadimos varios puntos de velcro para mantenerla bien sujeta, incluso en días de viento.

3.  La funda 🪡

Para poder guardar bien el toldo cuando no lo necesitáramos, hicimos una funda en la que cosimos una cremallera náutica. Esta funda permite recoger todo el sistema de forma rápida y ordenada, y cuando no usamos el toldo, lo guardamos en la baca sin que nos ocupe mucho espacio.

4. Instalación final 🔧

La instalación en la baca fue muy sencilla, usamos escuadras y remaches roscados para fijar todo el sistema de manera segura. Y aunque el toldo es bastante artesanal, cumplió con lo que queríamos: ser un toldo resistente, ligero, funcional y, sobre todo, económico. Para lo que necesitábamos, no hacía falta algo más complejo.  

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