Montar la cocina de una furgoneta camper es uno de los pasos más importantes en una camperización, especialmente si piensas vivir en ella. Es el espacio donde vas a cocinar, fregar y guardar cosas a diario y si no está bien pensado, lo vas a notar. En nuestro caso, fue una de las decisiones más meditadas y, con el tiempo, también una de las que más agradecemos.
Y como siempre, todo vuelve a lo mismo: las prioridades. Hay quienes apenas cocinan en la furgo y prefieren dedicar el espacio a otra cosa. Nosotros no. Nos encanta cocinar, comer bien y disfrutar de esos momentos del día, así que quisimos apostar fuerte por una cocina grande, funcional y cómoda.
Diseñamos una encimera amplia, con espacio suficiente para estar los dos cocinando sin empujones. Un fregadero generoso, varios cajones, armarios… y la verdad: no nos arrepentimos ni un segundo. De hecho, es una de las mejores decisiones que tomamos al plantear la distribución. Porque, sinceramente, no hay nada peor que fregar platos encogido como un acordeón.

🍳Tipos de cocina para furgonetas camper
Antes de meternos en faena, vale la pena repasar brevemente qué opciones existen cuando hablamos de cocinas para campers. Hay para todos los gustos y necesidades:
- Cocina a gas: la más común y económica. Funciona bien, calienta rápido, y el repuesto de bombona suele ser fácil de encontrar en la mayoría de países.
- GLP (Gas Licuado de Petróleo): más limpia que el butano o propano, y rellenable en gasolineras en muchos lugares. Pero requiere una instalación más compleja y cara.
- Vitrocerámica o inducción eléctrica: solo recomendable si llevas una muy buena instalación eléctrica y baterías potentes. Gasta bastante.
- Diésel: cada vez más popular, especialmente en viajes largos por climas fríos. Es cara, pero eficiente y sin necesidad de bombonas.
🔥 ¿Qué cocina comprar?
Además del tipo de cocina, hay otros aspectos que vale la pena considerar.
¿Instalación fija o portátil?
Las cocinas portátiles (tipo camping gas o cartucho) son ideales si te gusta cocinar al aire libre o de manera ocasiona. Son fáciles de usar, no requieren instalación y ocupan poco espacio. Por otro lado, una cocina fija es más cómoda para el día a día, sobre todo si cocinas a menudo dentro de la furgo. Ofrece mayor estabilidad, funcionalidad y sensación de hogar, aunque requiere una instalación más compleja y una buena planificación del mueble.
¿Con horno o sin horno?
Hay quienes no pueden vivir sin hornear pan, pizzas o lasañas. Un horno puede sumar si lo vas a usar de verdad, pero también ocupa espacio, pesa y consume bastante. Si no tienes claro que lo vas a aprovechar, quizá no compense, la mayoría de veces termina siendo un armario de trastos con puerta.
⭐ Nuestra elección
Después de valorar opciones y de hablar con otros viajeros, nos decidimos por una cocina fija a gas. Principalmente por tres razones:

- Consumo energético: no queríamos depender tanto de las baterías, sobre todo en días nublados.
- Coste: el gas es más económico que otros sistemas, tanto en instalación como en uso.
- Disponibilidad global: viajando por Sudamérica (y más allá), es fácil encontrar bombonas o repuestos compatibles, y en caso de que algo se rompa, siempre habrá una placa de gas por ahí que no cueste un riñón.
Con las ideas claras y las medidas bien pensadas, nos pusimos manos a la obra para construir el mueble de cocina. Queríamos algo resistente, práctico y adaptado a nuestras necesidades, así que planificamos cada rincón al detalle. Dejamos un hueco específico para la nevera, asegurándonos de que tuviera buena ventilación; añadimos espacio de almacenaje, cajones amplios para utensilios y alimentos, y un armario exclusivo para la bombona de gas, todo integrado en una estructura sólida que aprovechara al máximo cada centímetro.
Para la estructura utilizamos listones de madera para hacer el esqueleto del mueble y para los revestimientos exteriores y las divisiones internas usamos tableros de contrachapado.
Distribuimos el mueble en:
- Un hueco central para la nevera, con espacio libre en la parte trasera para que pudiera ventilar correctamente y no se sobre calentara.
- Dos cajones grandes para cubiertos, ollas y utensilios, debajo de los fogones.
- Dos armarios laterales, uno para almacenar comida y otro para la bombona de gas, con una rejilla de ventilación inferior.
- Un armario bajo el fregadero, con puerta corredera, donde montamos todo el sistema de agua, ubicamos el depósito de agua y almacenamos los productos de limpieza.


🚰 El fregadero: reciclado y restaurado
Queríamos un fregadero grande, pero los que veíamos eran demasiado caros. Finalmente encontramos uno de segunda mano con las medidas que queríamos. Así que después de darle una limpieza profunda, lo pulimos, le dimos una capa de imprimación especial para metales y lo pintamos de negro con un barniz mate protector, para que aguantara bien la humedad del uso diario.
Una vez seco, lo instalamos sobre la encimera, sellando bien los bordes con silicona antihongos para evitar filtraciones.



🪵 La encimera a medida
Para la encimera, al tener la cocina en L, buscamos una buena madera para poder cortarla a medida, hacerle los agujeros y huecos que queríamos (el fregadero y los fogones). Después de lijar mucho y dejarla bien suave le dimos varias capas con un barniz bicomponente especial para encimeras, que resiste a la humedad, al calor y al trajín diario. Una vez barnizada, la fijamos al mueble, y aplicamos masilla de madera para disimular la junta.

💧 Sistema de agua bajo el fregadero
Debajo del fregadero montamos todo el sistema de agua, aprovechando al máximo el espacio disponible y procurando que fuera accesible, funcional y fácil de mantener. Instalamos:
- Un depósito de aguas limpias de 127L, que se llena desde la bocana exterior de la furgo.
- Una bomba de presión con vaso de expansión, conectada tanto al grifo como a la ducha exterior.
- Mangueras y racores bien organizados y sujetos, para evitar fugas, vibraciones o roces con el movimiento.
- Un pequeño sistema de filtros para el agua del grifo.
- Y una válvula de vaciado, muy útil para drenar el depósito cómodamente cuando lo necesitamos.

Si quieres ver todos los detalles de nuestra instalación de agua paso a paso, te lo contamos en este otro post.
Para acceder al sistema sin ocupar espacio al abrir, instalamos una puerta corredera con perfiles de aluminio en U. Un detalle que parece menor, pero marca la diferencia en estos espacios reducidos.
🧊 Y finalmente: la nevera
Existen varias opciones, cada una con sus ventajas y desventajas, y la elección depende mucho del uso que le vayas a dar, del tipo de viaje y de tu instalación eléctrica.
- De gas: consumen poco y son muy silenciosas, pero necesitan buena ventilación, estar perfectamente niveladas y no funcionan bien en movimiento.
- Trivalentes: muy versátiles para usar en campings o enchufados a red, pero a 12V tienen un rendimiento muy bajo.
- Domésticas a 220V: baratas y fáciles de encontrar, pero requieren un inversor encendido continuamente y consumen mucha energía
- Domésticas convertidas a 12V: se les cambia el compresor por uno a 12V, lo que abarata el coste respecto a una de compresor nativa. Funcionan bien, aunque la eficiencia puede no ser tan alta como en modelos diseñados específicamente para camper.
- De compresor a 12V: las más recomendables para camper. Están pensadas para funcionar con baterías, son muy eficientes, funcionan bien incluso con temperaturas altas y no necesitan estar niveladas. Como contra, suelen ser las más caras.
También hay que tener en cuenta la capacidad: si la vas a usar para lo básico, una nevera pequeña puede ser suficiente. Pero si te gusta cocinar a diario o viajas por zonas remotas, una más grande te va a dar más autonomía y comodidad.
Después de mucho comparar y valorar opciones, nos decidimos por una nevera de compresor a 12V de 91L que tenía buenas referencias (Gelid R91 12V). Supuso un esfuerzo económico, pero nos pareció una inversión que valía la pena. Dejamos un hueco exacto en el mueble para encajarla bien, y añadimos un espacio de ventilación trasero para que funcionará de forma eficiente.

🎨 Últimos detalles: azulejos hechos a mano
Después de ver mil tipos de decoración que no nos convencían, decidimos darle un toque único a nuestra cocina. Nos pusimos a fabricar nuestros propios azulejos artesanales con arcilla de secado al aire. Fue un proceso divertido y, aunque sencillo, le dio a la cocina un acabado más personal.
Con paciencia, lijado, pintura y un toque de creatividad, logramos darle un acabado totalmente personalizado a nuestra camper. Si estás buscando una forma original y artesanal de decorar tu cocina, ¡sin duda es una opción que vale la pena probar!



Tras miles de kilómetros y muchas comidas preparadas en ruta, seguimos convencidos de que esta distribución de cocina fue una muy buena elección: práctica, eficiente y totalmente a nuestra medida. ¿Vale la pena hacerse la cocina uno mismo? ¡Sin duda! No hace falta ser carpintero ni diseñador; solo se necesita tiempo, paciencia y ganas.