Uno de los pasos más importantes (y menos vistosos) de toda camperización es el aislamiento. Puede parecer aburrido o insignificante, pero créenos: un buen aislamiento marca la diferencia entre una furgoneta habitable y una sauna rodante en verano o un congelador en invierno.
Queríamos algo que ayudará a mantener una temperatura agradable en todas las estaciones, redujera el ruido exterior y evitará al máximo la temida condensación. Así que nos pusimos manos a la obra e investigamos los principales materiales del mercado.
🔍 ¿Qué aislantes se pueden usar en una camper?
Después de muchas horas investigando, comparando y leyendo experiencias ajenas, hicimos un pequeño listado de los materiales más comunes que se usan para aislar una furgoneta:
🧱 Espuma elastomérica (Armaflex o Kaiflex)
Muy popular por su flexibilidad y capacidad para adaptarse a formas irregulares. Es ideal para prevenir condensación y fácil de instalar. Lo malo: el precio. No es la opción más barata, pero sí bastante eficiente.
🌱 Paneles de corcho
Una alternativa ecológica que aísla muy bien tanto térmica como acústicamente. Resiste la humedad y el moho, pero es más delicado de instalar y también sube el presupuesto.


📦 Geopanel
Otra alternativa ecológica fabricado a partir de fibras textiles recicladas. Es ligero, flexible y ofrece un buen aislamiento térmico y acústico. Se adapta bien a formas irregulares, lo que lo hace ideal para superficies complejas. Sin embargo, no es resistente a la humedad.
❄️ EPS o XPS (poliestireno expandido o extruido)
Aislante ligero, económico y fácil de cortar. Va genial para zonas planas como el suelo o el techo, pero se complica bastante si lo quieres meter en curvas o rincones.


🔫 Espuma de poliuretano en spray
Perfecta para rellenar huecos y puentes térmicos. Se adhiere a todo y es bastante económica. Lo malo es que, si no la proteges bien, puede deteriorarse con el tiempo.
🧶 Lana de roca
Una bestia del aislamiento térmico y acústico. Resiste el calor, el ruido y se adapta bien a formas irregulares. Eso sí, hay que protegerla bien de la humedad y manipularla con guantes y gafas, porque pica como si te abrazara un cactus.


⚖️ ¿Qué usamos nosotros?
Después de evaluar todas las opciones, elegimos una mezcla que se adaptaba tanto a nuestras necesidades como a nuestro presupuesto:
- Lana de roca para las paredes: Buen rendimiento térmico y acústico, fácil de colocar en los huecos.
- XPS para el techo y el suelo: Económico, fácil de cortar y muy buen aislante para superficies planas. También lo usamos en alguna pared donde queríamos ganar algo de espacio.
- Espuma de poliuretano en spray para los nervios y huecos difíciles: Adiós puentes térmicos.
Además, colocamos una barrera de vapor para evitar que la humedad llegara al aislamiento y cause moho o deterioro. Y para rematar, sellamos todo con cinta de aluminio, asegurando que no quedaran fugas de aire ni de humedad.
👉 Un consejo: No subestimes el aislamiento. A veces cuesta invertir tiempo en una parte que “no se ve”, pero cuando estás durmiendo calentito en una noche fría, lo agradeces.






📏 ¿Cuánto espesor de aislamiento es recomendable?
Dependerá del clima donde viajes, pero como referencia:
- Suelo: Entre 15–30 mm de EPS o XPS
- Techo: Mínimo 20 mm (más si hace mucho calor donde viajas)
- Paredes: Entre 30 y 50 mm de lana o material flexible
🔥 ¿Y qué pasa con la resistencia térmica?
Sí, también hicimos los deberes ahí. Analizamos el valor R (resistencia térmica) de cada material, que suele estar entre 0.020 y 0.040 m²·K/W dependiendo del espesor. Elegimos los que ofrecían un buen equilibrio entre aislamiento, grosor y precio, porque cada centímetro cuenta en una furgoneta.
No solo se trata de mantener la temperatura: también estás protegiendo tu casa rodante del ruido, la humedad y los cambios extremos. Enserio, tu yo del futuro, envuelto en una manta o buscando sombra, te lo va a agradecer.
Además del aislante, es importante añadir una barrera de vapor, pero eso lo explicamos en detalle en este otro artículo.